No suelo comprar rosquillas prefiero hacerlas en casa pero, a mi marido se le antojaron unas que tenían una pinta fantástica y las compró, nada más meterse la primera en la boca ya dijo que estaban duras aunque muy buenas de sabor, con eso ya sabía que no iba a comer más de dos y, así fue, con lo cuál algo tenía que hacer con ellas para no tirarlas, así que, como los bizcochos es algo muy socorrido y que quedan genial me imaginé que un bizcocho con sabor a rosquilla tenía que estar de muerte, y así fue, igualmente se podrían hacer unas magdalenas.
Queda un sabor fantástico a rosquilla y es una buena manera de aprovechar unas rosquillas que se nos han quedado duras.
- 160 grs. de rosquillas
- 65 grs. de harina de repostería
- un sobre (16 grs.) de levadura en polvo
- 2 huevos
- 50 grs. de azúcar
- 150 ml. de leche
- 50 ml. de aceite de oliva
- 2 cucharadas soperas de anís
- mantequilla y harina para el molde
Triturar las rosquillas. En un bol batir los huevos con el azúcar, añadir poco a poco y sin dejar de batir, el aceite, la leche y el anís, seguir batiendo e incorporar la harina tamizada con la levadura y las rosquillas trituradas, mezclar muy bien, echar en un molde untado con mantequilla y espolvoreado con harina y meter a horno precalentado a 180º durante unos 35 a 40 minutos, dependiendo de cada horno y del molde utilizado, el mío era un molde de plum cake de 20 cm. de largo por 11 de ancho.
El sabor os encantará y además, queda muy esponjoso
