Hola a tod@s, ¿como estáis?, hay que ver, a lo tonto, a lo tonto, han pasado más de 6 meses desde mi última publicación, si es que se nos va el tiempo que da gusto, ya hemos empezado un año más, espero que os vaya genial, así que ¡¡Feliz 2017!! aunque con retraso, con todo mi cariño, que sea un año muy bueno para tod@s.
Si, lo se, uso mucho el queso en cantidad de recetas, bueno, una servidora es así de quesera, no lo puedo evitar, pero, en recetas como ésta, no se nota que lleva quesitos, el sabor es buenísimo, lo aconsejo totalmente aunque no seáis de queso, es un bizcocho delicioso, muy suave, que te pide otro trozo una vez has acabado el primero, y eso que yo, no soy de las que se ponen trozos pequeños, nada, todo a lo grande, jajaja
Usé nata de cocina pero, podéis usar nata de montar
- 4 huevos
- 220 grs. de azúcar
- 175 ml. de nata (he usado de cocinar)
- 8 quesitos
- 100 ml. de aceite de oliva
- 1 y 1/2 cucharadas soperas de aroma de vainilla líquida
- 220 grs. de harina de repostería
- un sobre de levadura en polvo
- pepitas de chocolate
Para espolvorear por encima:
- azúcar moreno
- azúcar avainillado
Batir con batidora de barillas los huevos con el azúcar hasta que doblen el volumen, añadir la nata, el aceite y la vainilla líquida poco a poco y sin dejar de batir, una vez que esté batido, añadir los quesitos (los podéis aplastar un poco previamente) y seguir batiendo, incorporar la harina tamizada con la levadura, batir suavemente hasta que esté todo bien mezclado.
Echar la mezcla en un molde untado con mantequilla y espolvoreado con harina, añadir las pepitas de chocolate por encima para que no se vayan al fondo, mezclarlas un poco con un tenedor, aún así, las que yo eché ni se ven pero os juro que están ahí, perdidas en algún lugar jajajaja, espolvorear por encima con el azúcar moreno y con el azúcar avainillado, meter a horno precalentado a 180º unos 40 minutos, dependiendo del horno y del molde utilizado, usad un palillo para comprobar si está hecho, cuando salga limpio lo sacáis, dejar enfriar un poco y desmoldar sobre una rejilla hasta que esté frío del todo.
Por encima queda ligeramente crujiente gracias al azúcar y, por dentro, esponjoso y rico, rico